Es una pregunta que la mayoría de las personas contestaríamos afirmando que sí sabemos realizar una entrevista. Sin embargo, la mayoría de las personas realiza las entrevistas de forma empírica sin tener una base que ayude a obtener los resultados correctos para seleccionar a un candidato.
Principalmente en PYMES y en algunas organizaciones grandes podemos observar que la contratación se basa en el feeling, con expresiones como “parece buena persona” o en el recorrido que el candidato presenta en el CV (que admitamos, pueden haber algunas exageraciones), pero ¿qué pasa con sus actitudes, aptitudes, su forma de adaptarse a los equipo y cómo aborda los conflictos?.
Expuesto el contexto te compartimos los tipos de preguntas que debes implementar sin importar cuál sea tu estilo para entrevistar (estructurado con un guión, improvisado o una combinación) y no solamente preguntar “¿En dónde te ves en 5 años?”.
Preguntas Clave
- Preguntas para romper el hielo: sirven fundamentalmente para que el candidato se sienta cómodo y conocer un poco de sus gustos y hobbies.
- Sobre experiencias anteriores: conocer a fondo la vida profesional del candidato y detectar puntos que pueden no ser favorables para la empresa.
- Sobre aptitudes: sirven para conocer la forma en la que el candidato enfrentará futuras situaciones en el trabajo que desempeñará.
- Sobre actitudes: ayuda a evaluar la personalidad del candidato e identificar cómo puede desenvolverse con los demás miembros del equipo de trabajo.
- Sobre resolución de conflictos: podrán dar una visión de cómo el candidato suele enfrentarse a las situaciones difíciles que representen un reto para él.
- Las preguntas prohibidas (evítalas): son aquellas que pueden herir la sensibilidad o discriminar al candidato e impedir que la entrevista tenga un correcto desarrollo.
Ahora que ya conocemos cuales son los tipos de preguntas que no pueden faltar durante las entrevistas de reclutamiento, te dejamos algunos ejemplos que te pueden servir como base para crear tu propio modelo de entrevista que se adapte a las necesidades de tu organización
Recuerda que el candidato “ideal” no existe, pero si existe el candidato que se puede desarrollar y crecer dentro de la organización para que sea un colaborador excelente.